Un gigante bajó desde su montaña, llevaba meses aya arriba y es un largo trayecto incluso para un gigante de 15 metros de altura, durante su camino cuesta abajo derribó varios árboles y por más cuidado que que tenga siempre termina por aplastar mínimo un conejo o una ardilla cosa que le deja un muy mal sabor de boca al gigante.
Cuando llegó a la playa cerró los ojos y extendió los brazo dejando pasar la brisa alrededor de su cuerpo esa es la manera en la que saludaba a su amigo el mar, después de esto se sentó en la orilla de la playa sobre unas rocas y pasó la tarde viendo jugar a las sirenas «tal vez alguna día una de ellas acepte ser mi esposa» pensaba en sus adentros el gigante, pero el sólo interrumpía su fantasía diciéndoce «claro que no sólo eres un estúpido gigante»
La noche llego y las sirenas regresaron bajo el mar y el gigante siguió sentando en la roca junto al mar pero ahora observo las estrellas hasta que llegó el momento de regresar a su montaña donde nadie lo espera.
«Tal vez una estrella sí acepte ser mi esposa» pensó mientras sonreía «eso es aún más imposible» se respondió …. El camino de regreso a la montaña es largó.
La mañana siguiente el gigante construía una caña para pescar.
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